Desvaído
Hace 10 años
Leemos porque en la vida nunca podremos conocer a tantas personas interesantes
De todos es sabido que Cervantes, que era desordenado y propenso a la vagancia, jamás hubiera terminado "la más alta historia que vieron los siglos" si un tal Avellaneda, un escritor mañoso pero oportunista y con algo de mala uva, no hubiera plagiado su primer Quijote. En realidad, el Quijote de Avellaneda, una de las obras más desconocidas de la literatura española, no es una mala novela. De hecho está llena de trucos y efectismos "de novela", diseñados para cautivar al público. Con personajes situados entre Dos tontos muy tontos y Torrente, misión en Marbella, hoy hubiera arrasado en taquilla, convirtiéndose en un best-seller de éxito. En nuestra época superficial donde tanto se prestigia la incultura y la brocha gruesa, Avellaneda hubiera sido un ídolo mediático. Y, sin embargo, en su época, todo el mundo entendió que el defecto de la obra era precisamente ese: que no era más que una novela. En el S. XVII nadie confundió el ruido con la música, y Avellaneda fracasó, aunque espoleó, de rebote, al avejentado Cervantes a rematar su obra maestra.


La más hermosa declaración de amor a los libros, y a la vez la más apocalíptica visión de cómo sería el mundo sin ellos, se dan a la vez en esta extraordinaria novela de Ray Bradbury, el genio indiscutible de la novela de ciencia-ficción, y aún vivo en algún lugar de Illinois. Publicada a mediados de los cincuenta del pasado siglo, cuando el "american way of life" empezaba a imponerse en el mundo, Farenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel y una descarnada y terrible radiografía de cómo los libros, tristes paralelepípedos de papel en un mundo cada vez más tecnificado y "virtual" son, en el fondo, el enemigo más poderoso en las sociedades totalitarias. Allá donde se pretenda dominar y controlar fácilmente al individuo, quita los libros de su alcance. Algo que debiera hacernos reflexionar hoy casi sesenta años después de la publicacion del libro.

Cuando Augusto Monterroso y Bárbara Jacobs emprendieron esa genial recopilación ce cuentos que titularon Antología del cuento triste, no tuvieron ninguna duda sobre la pieza que debía encabezarla: Bartleby, el escribiente, sin duda la obra maestra de Herman Melville, lo que no es decir poco para un autor que cuenta en su haber con títulos del calibre de Moby Dick. Parábola de nuestro desalmado mundo y de la absoluta insignificancia del ser humano en esta jungla artificial que llamamos "vida", Bartleby, el escribiente es el gérmen de Kafka y de Proust, también de Rilke; en definitiva: es la obra fundadora de la literatura contemporánea. En ella, la ruindad, la falta de libertad, la impotencia, el vacío, la cobardía, la absoluta fragilidad de la existencia, la inseguridad sobre nuestras decisiones, y el convencimiento casi zen de que el ser humano es una defectuosa nota a pie de página en el gran libro del mundo, están tratadas con toda la fuerza de una prosa sencillamente demoledora, como un cuento cruel sobre un pobre oficinista desbordado por la realidad. Con la sencillez de un cuenta-cuentos disecciona las vísceras del mismo mundo terrible que Edward Munch plasmara en su cuadro El Grito.Y por si esto fuera poco para que la obra de Melville se impusiera como nuestro libro recomendado para el mes de Mayo, os la ofrecemos además en la versión ilustrada de Nórdica Libros, con los inquietantes dibujos de Javier Zabala. Un lujo al alcance de todos, porque está en la Biblioteca. No tenéis que ir más lejos.
Como bien está lo que bien acaba (qué sabio el refranero español), hoy ponemos fin a este singular concurso cultural que arrancó hace un año para probar a los más intrépidos lectores y visitantes de La Torre. Un año repleto de emociones y conocimientos, y del que todos, absolutamente todos, sus participantes se recuperarán difícilmente, pero fortalecidos en lo que a cultura concierne. El próximo 23 de Abril entregaremos los premios pero, en cualquier caso, gracias a todos por participar. Para este último inmersión os hemos reservado una facilita donde música, cine y literatura se reparten el protagonismo. ¡A por ella!
Retoñarán aladas de savia sin otoño/
Se acerca el final del concurso, estimados Torreadictos, pues el 23 de Abril, coincidiendo con el primer aniversario de la Biblioteca, conoceremos ya al ganador de este feroz, terrible y espídico concurso cultural que ha animado los Jueves de numerosas neuronas de alumnos y profesores del centro. Mientras tanto, vayamos con la penúltima, como suele decirse.
El tipo de la imagen es el extraordinario matemático ruso Giorgi Perelman, excéntrico y experto en rechazar premios (como la medalla Fields, en cuya entrega dejó plantado a todo el mundo), ha sido nuevamente galardonado, esta vez con el Premio del Milenio, del prestigio Instituto Clays, y dotado con un millón de dólares. Perelman, que vive recluido en Rusia junto a su madre, resolvió en el año 2006 la Conjetura de Poincaré, que llevaba un siglo siendo un enigma, y está considerado uno de los más importantes matemáticos de la historia. El caso, no obstante, es que el propio Perelman parece ser un enigma en si mismo. Oculto, huidizo, nadie sabe ni dónde vive ni cómo se gana la vida, ni ha explicado nunca el por qué de su aversión a premios y reconocimientos. Simplemente se limita a no ir. La Conjetura de Perelman está servida.
Nuevamente la realidad precipita los acontecimientos, y la reciente muerte del gran escritor vallisoletano Miguel Delibes es motivo más que suficiente para dedicarle el mes de Marzo a uno de sus libros. De entre los mejores, El príncipe destronado, sobre la sensación de desplazamiento que sufren los hijos mayores cuando nace su hermano pequeño; o Los Santos Inocentes, una singular novela rural ¡de vanguardia! que cuenta, sin necesidad de ningún punto ortográfico, una tremenda historia de sumisión y clasismo.
Dejémoslo ya claro desde el principio: Andalucía no tiene nada que ver con el "duende", ni tiene "un arte que no se pué aguantá", ni encierra un "alma cantora" ni es poética de por sí, ni tiene un color especial... porque para hablar del "verde que te quiero verde" mejor lo dejamos. En realidad esos tópicos, manufacturados por magos de la publicidad como Alberti o Lorca (al que Borges, con mucho criterio, llamó "andaluz profesional"), han hecho mucho daño a nuestra tierra. Como si a fuerza de no poder ser ya otra cosa reivindicáramos para nosotros un arte intrínseco del que otras comunidades carecen. Algo así como "pobres, pero con arte", que maldita la gracia que tiene, porque ha servido para "vender" como específicamente andaluza una literatura hecha de tópicos y falsedades folclóricas, una literatura ingeniosa, colorista e inofensiva, que hacía de Andalucía el niño feo pero con gracia que es necesario siempre en todas las comunidades de vecinos. Desde hace ya mucho tiempo, en este país de todos los demonios, el andaluz es ese tipo que, en los chistes, es el más bruto de la reunión pero que... "es de gracioso cuando habla".
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Por la reciente muerte (a finales de Enero) de su autor, dedicamos el mes de Febrero a El guardián entre el centeno, una indiscutible obra maestra de la literatura universal.
Posiblemente la nuestra no sea La Biblioteca de la Universidad de Coimbra, pero ganas no nos faltan, y luchamos por ahinco por convertirnos en una de las mejores bibliotecas que vieron los siglos pasados y podrán ver los venideros. De momento el blog de la Torre, este mismo que ahora vas leyendo, ha sido seleccionado para participar en el IV Concurso Espiral de blogs educativos. Una exitosa Nominación que os corresponde a todos los torreadictos que habéis asistido a la fundación de este fenómeno bibliotecario sin precedentes que es La Torre de Papel. ¡Enhorabuena!
A ver si alguien puede con ésto:
Huidizo, malencarado y a la vez genialmente sutil, J.D. Salinger (el inspirador del título de estas columnas) nos ha dejado para siempre, y con él una forma de entender la literatura al margen de exhibicionismos y vanidosos redobles. Frente al simplón mundo de hoy, lleno de tipos que malvenderían a su madre por cinco minutos de fama, él decidió huir del vulgar aplauso para buscarse a si mismo lejos de los focos. Pero no fue el único...
Iniciamos hoy la segunda vuelta de este feroz campeonato para submarinistas intelectuales que en el primera manga tuvo a Olga como reina indiscutible. Veremos si seguís estando en forma.
Estrenamos nueva sección en la que, con un guiño a Borges, vamos a recoger los libros recomendados mensualmente por la Biblioteca a sus lectores más fieles. Y si el mes de Diciembre estuvo dedicado a Los Mitos de Chtulu, de nuestro bien conocido H. P. Lovecraft (elegido por vosotros como el más grande autor de terror de la historia), decididamente dedicaremos este mes que ahora comienza a El increíble hombre menguante, una espectacular novela de aventuras "domésticas" compuesta en 1956 por el nunca del todo apreciado autor norteamericano Richard Matheson.